Foto: Artistic Metropol |
Cines y cine, hay muchos. Pero, dejando a un lado la cantidad y centrándonos en la calidad, ¿de qué tipo?
Ángel Mora se vino desde el Sitges más profundo hasta la capital y postró su sello en la calle de las Cigarreras número seis. Él y su socio Héctor García lo bautizaron como Artistic Metropol, o lo que es lo mismo, un nuevo concepto de proyectar cine.
Ángel define así mismo como “cineasta y cinéfilo”, por lo que tiene todas las de ganar al enfrentarse a la gran pantalla. Como creador, Ángel ofrece, en este nuevo espacio, cursos, ponencias y clases magistrales; como espectador, entrega un tipo de productos poco habituales en el mundo audiovisual, ya que es conocedor de las apetencias que tienen los amantes del cine y que no se ven saciadas por la gran industria. Así, este emprendedor ha creado “mucho más que una sala de proyecciones”.
Artistic Metropol recuerda en todo a un pequeño cine de barrio: situado de forma discreta, con una salita de tan solo ochenta butacas y unos precios muy competitivos, ¡dispone incluso de videoclub! Sin embargo, a pesar de remontarse en este sentido un poco a los años sesenta, su adaptación a los nuevos medios ha sido total, ya que según afirma Ángel “tenemos página web, Facebook y Twitter”.
Otra de sus innovaciones es la tienda. “Hemos agrupado dos conceptos. El cine no es solo exhibir una película, es mucho más: comprarla, leer un libro de cine, comprarte un muñequito del film que te gusta…”, explica Ángel. De esta forma, Artistic Metropol regala comodidad a los cinéfilos, que pueden asistir a una proyección para después acercarse al merchandising de la misma.
Como suma a todas estas ventajas, la sala se centra en vender productos independientes. “Para mí, el cine independiente se merece todo el respeto del mundo, ya que la industria los desprotege, y pienso que es un placer darles la oportunidad a directores o creadores de mostrar su pequeña obra”, aclara el propietario. Es esta la razón por la cual en esta sala se pueden observar todo tipo de proyectos. Desde alguna película englobada en el sector más comercial, hasta cortometrajes. Estos últimos pueden ser de cualquiera. El procedimiento para exponer cortos en esta sala, es bien sencillo. Simplemente se ha de entregar el cortometraje de forma física u online y tras pasar una criba, se le comunicará al autor si ha sido seleccionado. Artistic Metropol no cobra a los cortometrajes, pero tampoco los paga. Actúa solamente como medio difusor, ya que “ahora, el corto en España está muy flojo. Ha pasado a un plano menor y se reduce únicamente a proyectarse en festivales”.
Dentro de su gama de productos independientes, Artistic Metropol ofrece también el visionado de películas. Una de las últimas es Summertime, del director Norberto Ramos del Val. Este híbrido entre comedia y cine de terror, llenó la sala durante una semana, tanto que se prolongó la fecha de la retirada del film. Ahora mismo en cartelera se ofrece un maratón de historias de medianoche, un ciclo sobre cine de terror francés y varios films y cortometrajes.
Dirigiéndose a los verdaderos amantes del cine, este nuevo espacio madrileño dice que “no queremos espectadores, queremos amigos. No queremos clientes, queremos fans”. A diferencia de las grandes superficies, que Ángel las compara con restaurantes Fast Food, esta pequeña salita da a los visitantes un trato mucho más humano y personal.
Con tan poco tiempo de rodaje, es difícil predecir un futuro para esta sala, pero, entre sus expectativas está sobre todo la de “consolidarse, darse a conocer y hacerse querer”, aunque no descartan abrir franquicias en otras ciudades. Salas así hacen falta, alejadas del barullo comercial que nos asfixia y que se definan a sí mismas como “modestas a todo nivel. Solo dedicamos nuestro espacio a lo que nadie lo dedica”. Así, da gusto ir al cine.
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